domingo, 22 de abril de 2012

LA INSPIRACIÓN: ESE IGNOTO SANTO GRIAL


No ha sido uno solo, sino dos. Dos los escritores, autores famosos y de renombre como lo son Mario Vargas Llosa y Julio Jimenez (cada uno es toda una figura a su modo y en su estilo), los que lo han dicho...aunque de distinta forma: el que se sienta a esperar a que le llegue la inspiración...se jodió! La escritura creativa requiere dedicación y trabajo constante. Con o sin inspiración. Si, como muchas otras cosas, es muy fácil decirlo...pero no tanto seguirlo. Obviamente, no se trata de sentarse a esperar...pero si de hacer las cosas bien hechas. De corazón. Sea lo que sea, pero más aún escribir literatura. Es, entonces, una cruel paradoja. Una encrucijada.

Pero bueno, creo que lo mejor será hablar de esto mismo desde mi propia experiencia como escritor. Yo empece a escribir a una edad muy temprana; una edad en la que no tenia mucho criterio ni tampoco mucha lógica, por estas razones, lo que escribía (recuerdo en particular una novela bastante truculenta) eran cosas bastante disparatadas, sin pies ni mucho menos cabeza. La novela en cuestión era larga, vertiginosa y narraba una historia completamente ajena a la realidad. Era una locura y era muy mala.

Con el paso del tiempo, empece a escribir cosas más reales, más ordenadas, más lógicas...aunque no muy buenas. De repente, abandone la escritura creativa al menos por un tiempo en el que otros asuntos, de índole personal, acapararon mi atención. Eso si: continué, como hasta el día de hoy, urdiendo tramas y creando personajes que espero llevar al papel muy pronto.

Lo que vino después fue mi incursión en el genero periodístico (por decirlo de algún modo) primero en una revista on line, que ya mencioné en cierto oportunidad y ahora aquí, en este, mi blog.

Tras este rápido repaso por mi trayectoria literaria - que, se puede decir, apenas empieza - es que, al menos yo, en cierta forma pude, digamos, prescindir de la inspiración: escribía lo que sea, como fuera y me encantaba. Por eso mismo, podía escribir todos los días. A cualquier hora...pero lo que escribía era lamentable, aunque yo creyera que era lo máximo (muchos escritores se quedan ahí...aún muchos años después de haber pasado por su infancia).

Al empezar a leer la obra de escritores como García Marquez, Isabel Allende, Horacio Quiroga, Franz Kafka o Laura Esquivel, mi estilo, irremediablemente, mutó, sufrió una metamorfosis y se alteró definitiva y afortunadamente...pero empece a escribir menos y fue en ese punto en el que empece a depender de la inspiración y no solo para la creación literaria: también para eligir el tema de los artículos en la revista o los posts que publico acá...me he visto en aprietos.

Por lo tanto, creo que la inspiración es algo intrínsecamente vinculado con la edad y la experiencia en el oficio. Si, ya sé que descubrí el agua tibia..pero tal vez no para todo el mundo. Lo cierto es que una vez que uno empieza a depender de la inspiración, no es el comienzo del fin, sino de una nueva etapa. Una etapa difícil, pero fructífera y gratificante siempre que, en las esporádicas visitas de esa musa tornadiza, se le saque el máximo provecho y no sólo el necesario para lo que se está haciendo en el momento, sino también guardar para el futuro. De este modo, la dependencia irá mermando hasta que llegará el día en que uno pueda escribir por si mismo, en su propio estilo.

Por lo mismo, no es coincidencia que autores como Clarice Lispector cargará consigo una libretita en la que apuntaba todo lo que consideraba de algún valor para usarlo...tale vez en el momento...o tal vez más adelante.

Todo esto, sin embargo, puede parecer bastante obvio e incluso, habrá quienes no estén de acuerdo, por una razón u otra. Pero lo que nadie puede negar es que la inspiración es y ha sido siempre un tema de cierta, aunque no mucha, controversia. Hay quienes la encuentran a cada instante y casi que conviven con ella...pero son casos aislados y muy contados; lo más usual es que se niegue a visitar a los escritores (e incluso otros artistas) cuando estos más la necesitan. Creo además que, paradojicamente, ha sido mi falta de inspiración la que me hizo hablar de la inspiración el día de hoy.

Siendo consecuente con esto, sólo me queda anotar, además, que la incidencia de la inspiración, al menos en la labor literaria, depende también de los cambios que sufre el estilo y la escritura de cada autor. En cierta entrevista, una escritora y periodista señalaba cómo García Márquez había pasado de "Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía recordaría la tarde remota en la que su padre lo llevó a conocer el hielo" (Cien años de soledad) a "Mi mamá se me acercó y me dijo: "necesito que me ayudes a vender la casa" (Vivir para contarlas) Conclusión: aprender a concretar, a resumir, a expresarse de manera simple y sencilla...es acercarse a la perfección y, desde ese punto de vista, también se puede decir que llegado a ese punto, se necesita menos de la inspiración: basta con escribir de lo que a uno mejor le parezca y en un lenguaje comprensible. El objetivo principal de la literatura, al menos dese mi perspectiva, es llegar, tocar y transformar. Eso es posible con la inspiración...pero a veces también sin ella.

Gracias por leerme, esperen más posts y feliz inicio de semana. Aprovecho además para enviarle un saludo a mis seguidores, mis dos fieles seguidores en Uruguay y en Galicia (España), no sé como se llaman ni...bueno, no sé nada de sus vidas pero créanme que me encantaría conocerlos o al menos llegar a contactarlos, hablar con ustedes y hacernos buenos amigos. Por ahora los dejo con esta encantadora bachata que descubri hace unos dias. Un saludo, se cuidan y pórtense mal.



   



 

sábado, 24 de marzo de 2012

¿VICTIMAS?...¡NUNCA MAS!


Después de seis meses de ausencia, he regresado y esta vez, espero que para siempre. ¿Qué fue de mi en estos seis meses? De todo, pero por ahora, les explico la razón por la cual, de ahora en adelante, mis entradas serán algo intermitentes: conseguí trabajo, razón por la cual, de lunes a jueves no habrán publicaciones. Sólo de viernes a domingos y festivos. Pero bueno, creo que por ahora son suficientes advertencias y aclaraciones. El punto es que...i'm back! y entro en materia.

En cierta ocasión, veía un programa periodistico que dan por un canal internacional ( no veo TV nacional). Era un programa en el que había un espacio en el que se entrevistaba a una celebridad. En ese episodio, la entrevistada era una motivadora, escritora y conferencista - si, todo eso en un mismo paquete - Era una mujer de unos cincuenta años, de piel templada por las cirugías, cabello teñido de rubio, cortado y estilizado a la altura del cuello, elegante, sofisticada y, sobre todo, muy sufrida: provenía de un hogar disfuncional y totalmente desestructurado, fue violada cuando tenia 16 años y había quedado embarazada, había tenido empleos no muy bien remunerados, se había casado y divorciado varias veces y bueno, resumiendo, había tenido una vida tenaz.

Sin embargo, también había tenido la fuerza y el coraje para levantarse y tomar las riendas de su vida: se reinventó a si misma he hizo de su existencia, de su presente y, sobre todo de su futuro, algo digno y decente. Y ahí estaba, totalmente reformada dando su testimonio en televisión por cable.

Esta mujer, de cuyo nombre no logro acordarme, reflexionaba sobre muchas cosas: la autoestima, el destino, la fuerza de voluntad, el dolor, la vida en general. Sin embargo, dijo una frase que hasta el día de hoy, no me deja de retumbar en el cerebro: "Caer en el papel de víctima no servirá de nada; nadie te ayudará a salir de tu situación, nada cambiará y nada obtendrás".

Y es cierto: muchas veces creemos que al caer en el papel de víctima y "pobrecito yo" recibiremos la simpatía y, muy posiblemente, la ayuda de los demás. ¡Error, error, error! De recibir algo, lo recibimos: lástima, pesar y compasión que no son nada bueno. Y esos es todo: no se recibe absolutamente nada más ¿Que se debe hacer cuando uno se encuentra en una situación crítica, difícil, dolorosa? Asumir responsabilidades, escuchar nuestra conciencia y tener el valor de seguir nuestro corazón y hacer lo que uno considera correcto. Sin embargo, no son estos los primeros pasos; antes de hacer todo esto, es fundamental e indispensable hacer algo: conocerse y quererse a uno mismo. Apreciarse, valorarse y saberse único...pese a que algunas personas no lo hagan y prefieran hacer otras cosas o estar con otras personas en lugar de incluirnos en sus vidas.

Suena muy hermoso pero, como casi todo, no es muy fácil de aplicar. Es un camino largo y tortuoso, difícil, peligroso, lleno de obstáculos, pero vale la pena recorrerlo, porque por él, se llega a la felicidad y la plenitud. Si de algo sirve, creo yo, basta recordar que nuestra vida es nuestra: nosotros, en mas de un sentido, disponemos de ella. Nosotros tenemos la opción de reinventarnos, de pulirnos, de formar nuestro carácter (de forma complementaria, claro está, es la experiencia y la vida misma la que nos forma en mayor medida), de construir nuestro propio criterio, tener nuestra propia opinión, nuestra propia posición frente a lo que sea...ser nosotros mismos, de la mejor manera posible.

Creo que nuevamente caigo en el cliché del discurso típico de los libros de superación personal ¿qué me empuja nuevamente a eso? Lo de siempre, es decir, la que creo que es la peor forma de decepción y desengaño: el despecho. Ese sentimiento oscuro y ensordecedor, destructivo y voraz que nos amarga y nos consume por dentro hasta enfermarnos. Entre las muchas cosas que he pensado, mientras me debatía en las brasas de esa fiebre insana, es que los hombres que me gustan y yo, somos como el agua helada y el aceite hirviendo. Sencillamente no es posible. Fisioquímicamente hablando. Y, sin embargo, es falso. Si he tenido cuento con manes que me gustan...pero esas son historias que contaré en otras entradas.

Quizás haya sido el hecho de que estos cuentos no tuvieran un final feliz lo que me empujó a este estado. Bueno, eso, y el hecho de haber conocido a alguien en mi misma situación 8de él también hablaré en otra entrada...espérenla!) Sin embargo, soy de los optimistas que creen que no hay mal que por bien no venga y este caso no es la excepción. Alentado por un amigo (a quien dedicaré una entrada más adelante) he vuelto a escribir, inspirado por el dolor, la desazón y la soledad (si, ya sé que suena re melodramático pero...así es) y creo además, que inauguraré una nueva sección en el blog, aún no sé como se llamará, pero lo cierto es que hablaré de todos mis desatinos amorosos y, como no, también los del atribulado Sardino, mi amigote, mi compadre, mi parcero que ha sido una fuente inagotable de material para este blog.

¿Conclusiones y un último mensaje para ustedes? Bien, aún desde la oscura, húmeda y fría mazmorra de mi "depre", les digo, que no importa lo mal que uno se sienta...todo pasa: lo bueno y lo malo y es nuestra elección (y también nuestra responsabilidad) aprender y crecer con lo que nos sucede. Además, aún cuando nos sentimos como alguna vez se sintió la mujer de la entrevista, como una niña de dieciseis años, violada, embarazada y abandonada por todos, es necesario recordar que pese a todo, contamos siempre con nosotros mismos para salir de cualquier situación difícil. Y, por si fuera poco, por más tímidos, ermitaños y antisociales que seamos, todos contamos con familiares y amigos, así sean solo uno o dos (personalmente recomiendo más a los amigos que a los familiares pero...en fin: cada caso es distinto) El punto es que nadie está totalmente solo. La calve está en saberlo y en contar con nosotros mismos antes que con cualquier otra persona.

En cuanto a mi...saldré de esta como he salido de otras para tal vez volver a caer...y siempre levantarme. Esa es la vida y, en todo caso, cada instante, con el tiempo, pasa a ser un buen recuerdo. Muchas gracias por leerme y esperen mas entradas. Los dejo con este video; la verdad no creo en el amor a primera vista, pero la canción es muy bonita. Un saludo. Chao.