ADVERTENCIA: Si bien las situaciones descritas son reales, los nombres de los directamente implicados han sido modificados para proteger su identidad. Se recomienda discreción.
Alguna vez alguien dijo algo que me causó una profunda herida: que la universidad era uno de esos lugares en los que el amor florecía en cada rincón...lo cual es: CIERTO y si me hirió era porque para mi desdicha, no era mi caso: el amor siempre que ha florecido en mi vida ha estado marcado por la adversidad: a los que yo quiero, no me dan ni la hora y los que se fijan en mi los ignoro y, no en pocas ocasiones, hasta los humillo. Triste pero cierto: nunca he dicho que sea perfecto. Pero bueno, de mis desventuras amorosas hablare en otro post (de pronto).
Volviendo a la historia que quiero contar, diré que esa premisa de que en la universidad el amor florece en cada rincón se ajusta como anillo al dedo al caso de los tres protagonistas de esta historia...lo que tal vez no tuvo en cuenta quien dijera tal cosa, es que si bien es cierto que el amor florece en cada rincón del campus, también es cierto que no siempre florece de la forma en que uno espera.
Para empezar, hablaré de la primera persona implicada: La Yuyis, una muchacha a la que conocí hace ya algún tiempo y de la que me hice muy amigo y muy rápido; la conocí en el mismo curso en el que conocí al Cantor y al Pollo, de quienes también me hice muy amigo. Ellos dos también son muy buenos amigos.
Resultó ser que el Cantor y la Yuyis se gustaron y no tardaron en cuadrarse. Pero ese noviazgo no pasó de durar unos cuantos meses: a la primera pelea realmente seria terminaron y ambos quedaron muy mal, porque pese a todo, se querían (como todos saben, los sentimientos no desaparecen de la noche a la mañana) El caso es que yo, el Brujo, resulte convirtiéndome en mediador entre los dos: yo los aconsejaba lo mejor que podía, los escuchaba, los ayudaba a recuperarse el uno al otro...pero no hubo caso.
La Yuyis, aparentemente no estaba muy segura de volver con el Cantor y, eso marcó el principio del fin. Entre ellos empezó a darse un tire y afloje, el típico juego del "si...pero de pronto no" en el que, como es fácil suponer, ninguno de los dos puso mucho de su parte. Se llamaban, chateaban, iban juntos a varias cosas, él se desvivía por atenderla a ella, por ayudarla en lo que necesitara, por avivar el fuego, remendar los pedazos rotos...inútil, completamente inútil. Además y, para acabar de completar, parecía que el Cantor tenía competencia: todo parecía indicar que no era el único pretendiente de la Yuyis y eso no hacía más que complicar las cosas. El caso es que, finalmente, las cosas quedaron así: cada uno por su lado y si te vi, no me acuerdo. El Cantor simplemente desapareció del panorama, nunca más fue visto por nadie y hasta el sol de hoy no se sabe nada de él. Con la Yuyis si seguimos en contacto: nos hablamos, chateamos a menudo, nos contamos cosas y nos ayudamos en lo que se nos ofrezca (a mi se me ofrece mucho más que a ella, pero bueno...).
A estas alturas el lector se debe estar preguntando por el famosísimo Pollo, pues bien, de él dire que al menos en esta primera fase de la historia, ocupó un lugar marginal. Pero en la segunda se convierte en protagonista: sucede que yo los tengo a los tres de amigos en el Facebook y de cierto momento a la fecha, he notado que la Yuyis constantemente le escribe al Pollo en el muro cuando antes apenas si se hablaban, todo apunta a que chatean con bastante regularidad (a los dos los tengo en el msn y la misma Yuyis me confeso que también ahí eliminó al Cantor), se hacen favores, hacen planes juntos, salen a rumbear con más amigos etc. Seguramente sea muy pronto para sacar conclusiones "maliciosas" y, hasta donde he podido ver, las cosas entre ambos no han tomado un rumbo romántico...aún (o quien sabe..).
La verdad yo siempre he sido un man muy truculento y malpensado, hilo muy fino y soy algo paranoico (ese algo es casi que por cortesía, la verdad soy re paranoico) Por eso, pienso yo, es necesario contar con la opinión de alguien centrado y objetivo que pueda servir como punto de equilibrio. Y ese alguien es la Marzes, mi mejor amiga: le conté lo que sucedía y ella me escuchó impasible, acostumbrada a escuchar cosas que no son asunto ni del que las cuenta ni mucho menos de quien las escucha. Pues resulta que ella llegó al mismo punto que yo: probablemente si...pero quien sabe, de pronto eran impresiones mías nada más.
Hasta el día de hoy, la Yuyis, el Pollo y yo seguimos hablando, ninguno de los dos me suelta prenda de nada pero, la verdad, a mi me gustaría más que fuera verdad lo que sospecho de ellos a que fueran simples impresiones mías. Los dos harían una muy buena pareja.
Pero lo cierto es que, si eso es así, probaría mi propia teoría de que el amor puede florecer en cualquier rincón de una universidad, pero nunca de la misma forma y no siempre con la persona más opcionada. Hasta la persona más callada, la que menos busca sobresalir o llamar la atención puede poner de cabeza el mundo de alguien y moverle el piso sin que la persona en cuestión se explique cómo pudo haber pasado. Pero bueno, a lo hecho, pecho, el amor puede ser muchas cosas menos lógico y predecible. Sé que esta entrada parece sacada del archivo de la Negra Candela pero, bueno, supongo yo que todo tiene su espacio y su momento, incluyendo historias de este corte. No se si sea la última que escribo pero espero que la disfruten, que la comenten y...si de pronto les ha sucedido algo similar (sea cual sea su papel en la historia) no teman hacérmelo saber. Resultare haciendo un post al respecto pero sus identidades estarán a salvo conmigo. I promise. Por hoy no es más, esperen más posts y...que Dios los perdone por perder el tiempo leyendo mis sandeces.
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