miércoles, 7 de septiembre de 2011

ALONE AGAIN


¡ADVERTENCIA! Si bien las situaciones acá descritas son verídicas, los nombres de los directamente implicados han sido cambiados para proteger su identidad. Se recomienda discreción.

Como mis fieles seguidores han podido apreciar, llevo casi casi un mes sin publicar nada. Pero hoy he vuelto; algo sin duda digno de ser celebrado, de no ser por la triste historia que tengo que contar y que, como casi siempre, tiene por protagonista a mi mejor amigo: El Sardino.

¿El escenario? Sin duda, el peor de todos: Facebook ¿La situación? Bastante compleja: El Sardino se volvió a ilusionar ciegamente OTRA VEZ y como siempre con el menos indicado (dicen por ahí que mientras llega el indicado se pueden disfrutar a los equivocados, pero el pobre Sardino ni eso ha podido hacer) El caso es que El Sardino agregó al Tiburón del mismo modo como había hecho con otros: a diestra y siniestra, al azar, fortuitamente. Y el man lo aceptó.

Un buen día, El Sardino se encontró al Tiburón en el chat de Facebook y le empezó a hablar. El Tiburón le contestó y se empezaron a conocer; la cosa marchaba bastante bien, se entendían muy bien y todo seguía un curso normal...en los primeros segundos. De repente, El Tiburón le hizo una propuesta indecente al Sardino (él mismo me pidió que mantuviera en secreto los detalles de esta propuesta y eso haré). El Sardino en un primer momento quedó estupefacto: no podía dar crédito a lo que le estaban proponiendo. Dijo que no...pero después de que El Tiburón se desconectara le escribió diciendo que si: aceptaba.

¿Sus razones? Para El Sardino eso, aunque impulsivo y precipitado para una primera conversación, era una oportunidad que él sentía que debía aprovechar; sobre todo por las muchas otras oportunidades que El Sardino ha dejado pasar por distintos motivos de no mucho peso y de lo cual, hasta el día de hoy se arrepiente. Estaba decidido a no repetir esa historia. Lo noté tan decidido que no me opuse por más que tenía dudas y temores apenas lógicos, pero callé. Y ¿quien sabe? De pronto las cosas se le daban bien con El Tiburón y POR FIN tendría algo bueno que contar.

Pero los días pasaron y pasaron y nada. El Tiburón no daba señales de vida. El Sardino, entonces, tuvo tiempo para pensar mejor las cosas, sopesar los pros y los contras, calcular riesgos, reflexionar y fue así como llegó a una conclusión: cambiarle la película al man. Entonces, se suponía que no harían lo que él le propuso sino algo mucho más zanahorio: una cita; tendrían una cita en el Centro Comercial, darían una vuelta, charlarían, se tomarían algo...y ya. Nada más, osea, andarían poco a poco, lo cual a mi me pareció mas sensato. Pero el tiempo seguía pasando y no sucedía nada.

Hasta que llegó ese día. Ese día que el Sardino creyó que ya no iba a llegar y que se había resignado a no seguir esperando: el día en que El Tiburón regresó al Facebook. No es que se hubiera demorado demasiado: apenas dos semanas, pero ese tiempo sin comunicarse, en tiempo del Sardino es una eternidad. Pero bueno, aunque tarde, el man apareció de nuevo en escena y le dio un giro hasta cierto punto inesperado: El Sardino le preguntó que si había leído lo que le escribió y que si aceptaba y El Tiburón dijo que si. Pero la pregunta era: ¿cuál de las dos cosas? ¿la cita o el plan indecente? Resultaron quedando de acuerdo para las dos cosas.

Cuando El Sardino me lo contó, nuevamente me quedé sin palabras. Siguieron hablándose por un tiempo, de vez en cuando, cada vez que El Sardino se lo encontraba en el chat. Las conversaciones entre los dos eran bastante amenas y cada día se entendían mejor; incluso en una de esas animadas charlas, el man le pasó el link de su "face verdadero" Según El Sardino "el man aguanta, es lindo" ¿Consecuencia? El Sardino se empezó a entusiasmar en demasía, empezó a idealizar, no sólo al Tiburón, sino también a imaginar una vida, un futuro junto a él. Ya con anterioridad El Sardino ha cometido ese mismo error..pero parece resistirse a aprender de sus funestas consecuencias. Él niega categóricamente haberse puesto intenso...pero esa parece ser la única explicación lógica a lo que sucedió hace poco.

El Sardino, una noche, entró al chat de Facebook y no lo encontró. Le pareció extraño y por eso mismo, hizo lo que había venido haciendo desde hacía cierto tiempo; cuando lo asaltaba el temor a que el lo eliminara. La diferencia, es que ese temor, aquella noche, se hizo realidad: El Tiburón lo había eliminado y además lo había bloqueado. Sin arzón aparente. De sorpresa y a mansalva.

El Sardino quedó de una pieza y lenta pero inexorablemente se sumergió en la depresión, en la tristeza y el dolor. Según lo veo yo, no se trataba del Tiburón, a quien nunca conoció en persona, razón por la cual, además, era imposible que lo quisiera. Se trataba de la vida misma del Sardino en la que se repite inevitablemente la misma historia: él conoce a un man, se ilusiona con él, pero no es correspondido. Sigue solo, sin nadie que se fije en él, sin nadie con quien pueda llegar a relacionarse más allá de una amistad, sin nadie que sea parte vital de su existencia, sin que nada se le dé en el amor. Algo muy triste en verdad y que además El Sardino, que es tan buena persona, no se merece.

Por azares del destino, yo tenía apagado el celular y por eso El Sardino no se pudo comunicar conmigo ninguna de las 100.000 veces que me llamó para contarme su desventura. Por esta razón, optó por escribirme en el inbox de Facebook. Cuando leí ese mensaje, yo tampoco lo pude creer y, obviamente, lo sentí por El Sardino a quien una vez más, se le iba una ilusión de las manos. Por ese mimso mensaje supe que El Sardino, de inmediato, le envió un mensaje al Tiburón (a su cuenta verdadera) haciéndole saber que ya se habia dado cuenta de que lo había eliminado y bloqueado, que no sabía si era que lo habían hackeado o que, pero que si esa era su decisión, a él le dolía mucho, pero no podía hacer nada. Lo único que pedía, era razones. Una explicación.

Eso fue lo máximo que pudo hacer y hasta ahora...nada de nada.

Según le dijo otro amigo, no debe desesperarse pues a todo marrano le llega su Nochebuena y ya llegará el hombre que lo corresponda y lo haga muy feliz. Al igual que ese amigo, yo espero que así sea y que El Sardino vuelva a ver la vida y su existencia con ojos de esperanza. Por ahora, creo que esta historia llega a su fin. Pero también es posible que tenga una segunda parte; uno nunca sabe. No quisiera que este primer post del mes del Amor y la Amistad no tuviera una continuación más alentadora.

Gracias por leerme, espero que el post haya sido de su agrado y que me sigan visitando. Por ahora los dejo con una canción totalmente acorde a lo que le sucedió al Sardino. Un saludo y gracias por su fidelidad.


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