viernes, 15 de abril de 2011

AMORES PANTALLEROS


Si, el amor es algo lindo, maravilloso e inmaculado; es un sentimiento sublime y perfecto que ha inspirado los más nobles actos y las más hermosas obras de arte (literatura, dramaturgia, pintura, escultura y, sobre todo, música) En fin, es una de las mejores cosas de la vida...pero cuando es real y espontáneo. Y no siempre es así.

Uno normalmente pensaría que en pleno siglo XXI ya no hay ni matrimonios ni mucho menos noviazgos por conveniencia (al menos en el mundo occidental; en la India, África y el Medio Oriente es lo más natural) Error, error, error: si los hay. Tanto los unos como los otros. Y en muchos casos, aún cuando en un principio la relación se base y se concrete sobre sentimientos auténticos, eventualmente, lo que los une es más la costumbre y la comodidad que cualquier rastro del sentimiento que los uniera en un principio. Es tal la costumbre y tal la comodidad, que no salen de la relación en gran parte, por miedo e inseguridad de vivir algo distinto, sea solos o con otra persona.

La relación que tienen con su pareja desde hace unos cuantos meses o años es toda la vida que conocen: ni el antes cuenta ni el hipotético después es una opción.

Pero también existen los noviazgos y los matrimonios que, desde un principio se conciben más como un negocio o un trato entre ambas partes que como una relación basada en algún sentimiento siquiera parecido al afecto. De este caso, el rutilante y dadivoso mundo de la farándula ofrece ejemplos perfectos: Jennifer López y Marc Anthony, Antonio Banderas y Melanie Griffith, Mijares y Lucerito etc.

Quizás lo que inspira más desconfianza sobre la veracidad de sus sentimientos es la compulsión por repetir una y otra y otra vez lo mucho que se quieren, que se aman, que se adoran y se admiran: cuando se ama realmente no es necesario repetirlo tanto...cuando no se está seguro y se necesita reforzar esa idea para hacérsela creer a los demás, si es indispensable. Por otra parte, cuando todo el tiempo se está posando como "la pareja perfecta" también se obtiene el resultado opuesto: entre más se pretenda ser feliz y estar enamorado cuando NO se siente ni lo uno ni lo otro, más postiza, fingida y montada queda la imagen (también en sentido literal: veanse fotos y videos de eventos de la alfombra roja o entrevistas exclusivas para revistas y programas de televisión)

En el caso de la farándula, es relativamente comprensible dada la constante presión y exposición a los medios y la opinión pública en general, de la que, se quiera o no, dependen en gran medida, dado que está inmersos en un mundo donde la vida personal y sentimental es más importante y abarca más titulares que su trabajo y su desempeño por lo que deben ser sumamente cuidadosos a la hora de tomar decisiones tan difíciles como divorciarse o iniciar una nueva relación. Además, también está el hecho de que, cuando se forma la "pareja perfecta" se atrae más publicidad sobre una celebridad, su trabajo y su carrera. Pero ¿cuántas relaciones así no conocemos entre la gente común y corriente y nada famosa? Cientos de miles.

Tal y como se ilustra en el el segundo caso, estas personas constantemente están promocionando su relación por las redes sociales, el MSN y ni hablar de su círculo de amigos: ellos se ponen apodos ridículamente cursis y melosos, todo el tiempo se dicen que se quieren, se aman y se adoran, también todo el tiempo se dedican canciones románticas (generalmente de corte emo) y en las fechas especiales (e incluso fuera de ellas) se regalan chocolates, flores, tarjetas y peluches. Ellos dos son una melcocha viviente.

Por eso, si se les preguntara a sus amigos si ellos demuestran su amor, dirán que por supuesto que si, todo el tiempo y hasta la exageración, pero si se les pregunta si ellos realmente se quieren...la respuesta no será tan clara ni tan contundente.

Esos noviazgos y matrimonios viven de la publicidad. Y viven bastante bien de ella...hasta que se les aparece el amor verdadero y les pone de cabeza su cuento de hadas que, dicho sea de paso, es escrito y dirigido por ellos mismos pero poco tiene con ver con la realidad. Razones para involucrarse en una relación de este tipo son muchas: la soledad, el desparche, el interés, la conveniencia, el que dirán, el miedo a lo diferente o a no encontrar a alguien más etc. Pero si alguno de los que lean esta entrada está o cree estar en una relación así le daré este consejo: le diré que no se mienta a si mismo/misma, no hay nada de malo en estar solo, el que dirán importa muy poco si se le compara con la perspectiva de ser realmente feliz y que no hay razón para temerle a las nuevas experiencias: pase lo que pase siempre se pasan buenos momentos y se aprenden cosas que nos servirán en el futuro.

Y para concluir, que lo que tiene con esa persona no es ni de lejos tan satisfactorio y maravilloso como el amor verdadero...y que vale la pena esperar por él aunque estemos solos. Es mejor que estar acompañados a medias por alguien a quien queremos, adoramos, idolatramos...pero no amamos. Para terminar, otra rola acorde con el tema. Gracias por leerme y siganme visitando. Feliz Semana Santa.

        

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