martes, 26 de abril de 2011

LA OPORTUNIDAD IMPERFECTA


¡ADVERTENCIA! Si bien las situaciones acá descritas son reales, los nombres de los directamente implicados han sido modificados para proteger su identidad. Se recomienda discreción

Por esos días, El Sardino estaba en shock. Y, creo yo, no era para menos: estaba saliendo de una tuza...aunque la verdad estaba saliendo de ella bastante bien. Nunca derramó siquiera una sola lágrima (el man no la merecía en todo caso) nunca lo vi triste, ni apachurrado ni de levantar con cuchara: se sobrepuso muy bien y algo rápido aunque igual: estaba en shock.

Sucedió entonces, que empezó a ocurrir algo un poco extraño: un man que él no había visto en su vida, empezó a saludarlo cada vez que se encontraban. El Sardino le respondía el saludo por cortesía y respeto...pero igual, no tenía idea de quien era el man ni de donde se conocían. Como nota al pie de página, al Sardino el man se le parecía mucho al otro, al man del que se entuzó...pero no lo consideró como algo muy relevante.

Así pasaron unos meses hasta que El Sardino inscribió, entre otras materias, una en la que también estaba el man. Y por fin, después de tanto tiempo de incógnita, El Sardino y el man - a quien llamaremos El Genio - se hablaron por primera vez, sentados a la mesa en el café de la terraza del Edificio de Ciencia y Tecnología: resultó ser que El Sardino se parecía mucho a otro man con el que El Genio se hablaba a menudo, por lo que los saludos misterioso resultaron ser producto de una confusión...y de una de esas extrañas coincidencias que hacen volar la imaginación del Sardino.

Fue así, conversando, que empezaron a conocerse: el man, al igual que El Sardino, resultó ser gay, debo decir, para su enorme sorpresa (la del Sardino) pues no parecía que lo fuera para nada: cero amaneramiento y ademanes, era otro gay atípico. Ya sabiendo eso, la conversación fluyó más libre y agilmente y pudieron tocar temas comunes entre nosotros: la reacción de los papás, experiencias con manes, vida personal en general. El Genio quedó pasmado al saber que El Sardino seguía siendo virgen y El Sardino quedó anonadado al escuchar, de boca del mismo Genio, como el man se entregaba sin reparos a tipos que acababa de conocer en la red...y de los cuales no recordaba ni el nombre. Esas diferencias, sin embargo, no fueron un impedimento para seguirse metiendo el uno con el otro.Y así, empezaron a hacerse amigos, con todo y que El Genio era un man algo seco y un poco directo...pero, como contraparte, era un buen conversador, era culto, inteligente e ingenioso. En términos generales, El Sardino no tenía objeción, ni queja...le agradaba El Genio.

Un buen día, de frío y lluvia, a la media mañana, El Sardino y El Genio estaban en el balcón del edificio donde tenían su clase en común, estaban parados el uno junto al otro, en silencio. Cuando de pronto, El Genio le dice al Sardino: "camine me acompaña a preguntar algo allá arriba en administración" El Sardino obedeció inocentemente y siguió al Genio, escaleras arriba, hacia administración.

Resultó ser que, a esa hora, estaba cerrado, además de desierto. "ni modo, dijo El Sardino, vámonos" Dio media vuelta para irse, pero la mano del Genio lo detuvo "¿qué pasa?" El Genio se quedó callado, con una sonrisa de duda en los labios "nada", El Sardino insistió "no, venga, digame ¿que pasa?" A esa altura, El Sardino sospechaba por donde iba la cosa, pero prefirió esperar a que El Genio tomara la iniciativa y continuara con lo que ya había empezado. Y así fue: El Genio mando la mano al trasero del Sardino, acariciándolo en silencio. El Sardino, en un momento no supo qué hacer ni cómo reaccionar. A su entender, El Genio le estaba proponiendo descorcharlo cosa que El Sardino, desde hace mucho ha querido que pase, pero no de cualquier manera ni con cualquier tipo y sin embargo, como muchos sabrán, cuando hay hormonas de por medio el sentido común y la memoria fallan lastimosamente. No, El Sardino no se entregó al Genio...pero casi. El Genio mismo no estaba seguro de querer continuar con eso ahí...así que pararon y todo terminó en toqueteos fugaces y extrañas cogidas de la mano.

Una vez abajo, El Genio le explicó al Sardino: no, no había sido al azar, en verdad quería "hacer algo de eso" con El Sardino específicamente; no, no era que sintiera algo por él, lo atrajera o le gustara; si, había sido planeado incluso más allá de lo que habían hecho allá arriba (un paquete completo que incluía, entre otras cosas, tener sexo como tal) Y si: la propuesta seguía en pie...por si le interesaba al Sardino: acostarse con El Genio y salir, de una vez por todas, del club de los vírgenes. Pero sería sexo casual...y eso, definitivamente, no cuadraba con los planes del Sardino. Para El Genio, eso de la virginidad, de cuidarla y de perderla sólo con alguien por quien sintiera algo, le parecía una cursilería total. Pero El Sardino era firme en su determinación (cosa que no dejo de admirar)

Esa noche, me lo encontré en el chat (cosa que no ocurre muy a menudo) Y de una, me contó toda su tremenda anécdota roja. Quedé perplejo...eso, era una de esas cosas que no había manera de predecir, para nadie y mucho menos para El Sardino, que nunca pensó que sería el tipo del Genio "bueno, y no lo es, Sardino" le dije "o al menos no para lo que usted siempre ha querido: ser novios oficialmente. El tipo es como muy liso, le gusta es pasarla bien y ya...pero la propuesta sigue en pie, es su decisión si si o si no" Como era lo usual, El Sardino no sabía qué hacer...al principio. Pero terminó decidiéndolo: no, no lo iba a hacer.

El resto de ese semestre, pasó sin que sucediera nada nuevo ni raro entre El Sardino y El Genio, en gran parte, porque El Sardino lo evitaba. Por alguna razón, se sentía comprometido con El Genio; no sabía que decirle si de pronto el tema salía a colación, para él era muy incómodo y complicado. Al siguiente semestre, sin embargo, las cosas cambiaron.

El Sardino y yo nos metimos a un curso re X: aburridísimo y a de 5 a 6, una hora tenaz. Pero no veíamos una clase juntos hacia mucho tiempo y dejamos pasar el plazo para cancelar la materia. Uno de esos días, a la salida del curso este, nos despedimos y seguimos caminos separados..pero nos reencontramos en el chat. Entonces El Sardino me lo contó: se había encontrado con El Genio en las escaleras del edificio donde veían clases. El Sardino cuenta que se sentía cansado, desprogramado, aburrido y que dijo..."¿que hijuemadre? hagamos "algo" con este man...como para desestresarnos". Le dijo que si lo acompañaba a administración - hasta hoy, no se explica como es que El Genio no las cogió - y el man accedió.

Fueron en silencio, mientras que El Sardino sentía que el corazón le golpeaba como un bombo, típica reacción de quien va a probar algo desconocido. Llegaron allí, al mismo sitio donde El Genio se le insinuó al Sardino. Al ver el pasillo desierto y la expresión en la cara del Sardino, El Genio lo comprendió todo y no: ya no iba a ser. Había cambiado de idea, estaba en otro plan y...ni modo.

Nuevamente bajaron y, en medio de una conversación obviamente incomoda, El Genio le dijo al Sardino: "mejor búsquese algo estable en vez de meterse con un man como yo que no sabe ni donde esta parado"  
Ese consejo, que El Sardino de por si siempre (con raras excepciones) seguía, en ese momento, marcó otro rumbo en su vida...pero esa es otra historia. Esa noche, chateando con él, le dije que El Genio tenía razón, que por difícil que fuera a veces, para él era mejor buscar una relación estable. Era cuestión de tener paciencia, pero tarde o temprano, uno da con el que es; no hay razón para rayarse el coco porque las cosas, fueran como fueran, no funcionaron con alguien. Vendrán más...y cada vez mejores.

Desde esa vez, El Sardino, desde luego, se ha vuelto a encontrar con El Genio, pero ahora si que menos le habla. Ni lo saluda, se hace el loco y pasa de largo. Sospecha, además, que El Genio hace lo mismo, mejor dicho, se ignoran mutuamente, por lo que, a mi modo de ver, ellos dos, juntos, no llegarán a nada. En fin, esas cosas suelen pasar.

Gracias por leerme, sigan visitando el blog, comenten y, por ahora, los dejo con una canción que bueno, no sé si se ajuste a esta historia, pero la quería poner igual.






  

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