miércoles, 6 de abril de 2011

EL FLORIDO CAMPO DE LA HOMOSEXUALIDAD


Y bueno, me llegó la hora de tocar tan peliagudo tema ya no de referencia, sino abierta y específicamente: mi sexualidad. Lo descubrí cuando tenía 8 años...ya no recuerdo ni cómo. Pero lo que si recuerdo, es que me juré a mismo que no le revelaría ese secreto a nadie.

Así fue durante 11 años, durante los cuales, no pasó nada de nada. Recuerdo que cuando estaba en los primeros años de bachillerato, me gustaban los manes de 11 y luego, cuando ya iba terminando, me empezaron a gustar los de mi edad. Eso si: ni riesgos de confesárselo a nadie: salí de un colegio bastante...digamos...retrógrado, por lo menos en lo que respecta a la diversidad sexual. No quiero ni imaginarme el escándalo que se hubiera armado si hubiera salido del clóset en esa época.

De haber más gays en el colegio, los había...pero ninguno era de mi agrado y, al igual que en mi caso, era un secreto a gritos y todos, sin excepción fuimos víctimas de burlas, de rechazo y de crueldad. Sobra decir que la época del colegio es, de todas las de mi vida, la que menos quiero y añoro.

Al menos de esos años del colegio, recuerdo dos incidentes en particular: una vez en la que un muchacho, unos pocos años mayor que yo, comentó delante mío y de un amigo suyo que yo tenía mis cosas, físicamente hablando, un halago que me dejo pensando durante años: ¿él también sería gay y yo le gustaba? hay preguntas en la vida que deben quedarse sin respuesta; el otro incidente ocurrió años después, una tarde de lluvia, salía del colegio a la casa, y noté que un compañero mío venía detrás, al principio no le preste atención: seguramente vivía cerca o por el mismo camino, pero cuando ya iba entrando a la cuadra, tuve el impulso de voltear a mirar hacia atrás y, tan pronto lo hice, vi cómo él se escondía tras la reja para no ser visto.

Tal vez, si hubiera tomado más en serio estos incidentes, y si en esos años hubiera tenido el coraje y el carácter que poco a poco he venido desarrollando (y eso que todavía me falta) habría tenido algo con alguno de ellos. Pero hasta el día de hoy sigo pensando que habría sido muy arriesgado hacer alguna jugada. Era probable que fuera sólo impresión mía...y después ellos saldrían con el cuento de que en efecto, yo era gay.

Me trague por primera vez a los trece y luego a los diecisiete, en ambos casos, mis sentimientos permanecieron en el anonimato. A los dieciocho, me volvió a suceder y esta vez si lo supieron tanto el susodicho como todos mis "amigos", quienes fueron los primeros en saber, de mi propia boca, que era gay.

Cómo la vida es la vida, por esa época y de parte del man del que me había tragado, recibí, en medio de una noche de copas, mi primer beso...y unos cuantos golpes de la vida que bueno, dolieron como nada en este mundo, pero me enseñaron el significado de la palabra "amistad" (que nada tenía que ver con lo que realmente había entre toda esa bola de pendejos que creía mis amigos y yo) y además, me enseñaron que, por mucho que uno quiera a alguien, nadie es perfecto, todos tienen fallas, todos tienen defectos, todos se equivocan, todos pueden enamorarse de otra persona y si, preciso me había enamorado de alguien que cumplía con todas las condiciones...y que de ñapa era un hijo de las re mil.

Ese mismo año lo sabrían mis papás y tres años más tarde mis hermanos. A mis papás les ha costado algo de trabajo, pero poco a poco lo han ido aceptando. A mis hermanos realmente no les importó y nuestra relación sigue siendo la misma desde entonces, es algo atípica y contradictoria eso si..pero en términos generales puedo decir que nos la llevamos bastante bien.

Pasé dos años en calma, sin enamorarme de nadie, incluso conocí a quienes serían realmente mis amigas y en lo que respecta al corazón, estaba solo, pero bien, feliz...hasta que, por presión de otra "amiga" (a quien se la montaré en otro post) me dedique a buscarme un novio; donde sea y por donde fuera, y es así como pase 6 largos y pesados meses cazando novio por el Facebook: inútil. De nada sirvió y desistí. Así, pasé otro año en blanco en lo que respecta a relaciones sentimentales. Y luego, al año siguiente, en el segundo semestre y por azares del destino, conocí al man del que estuve y estoy tragado aún....otra larga historia de la que hablare en otra ocasión.

Bueno...eso ha sido de mi vida sentimental y mi recorrido por reconocer y asumir mi sexualidad...al menos hasta ahora. Pienso que quiero ser reconocido por quien soy antes que por lo que soy, por eso, desde el principio he sido un gay atípico y debo decir que es algo de lo que me siento orgulloso (de ser atípico...la verdad nunca he entendido el orgullo gay del que tanto se ha hablado, es como sentirse orgulloso de ser heterosexual) y, cómo hablaba con mi mamá cuando ya empezó a hacerse a la idea, la sexualidad es sólo UNA dimensión del ser humano pero, por si misma, no lo define en términos generales.

Por ahora, es todo, esperen más posts, gracias por su tiempo y su atención y espero que toda esta historia sirva de ayuda (o por lo menos de consuelo) a quienes la leen y recuerden lo que decía Kurt Cobain: es preferible ser odiado por quien se es y no querido por quien no se es.

1 comentario:

  1. Muy de acuerdo con tu posición frente al orgullo gay. La reivindicación muchas veces es tan discriminativa como el rechazo. Interesante el blog, espero mas post.

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