LA LECHE DE LA TRISTEZA

Cualquiera que se encuentre recorriendo una videotienda, en busca de una buena película para el viernes o el sábado en la noche y de casualidad se encuentre con un título como La teta asustada, pensará que se trata de una comedia con un toque picante, mejor dicho, "subida de tono". Pero esta película peruana del 2009 dista bastante de ser cómica aunque es una excelente elección para quienes les gusta ver un buen drama el fin de semana en la noche.

Protagonizada por Magaly Solier y dirigida por Claudia Llosa, La teta asustada (en inglés The Milk of Sorrow osea La Leche de La Tristeza) cuenta la historia de Fausta, una humilde y bella muchacha campesina que carga con lo que parece ser una maldición: la enfermedad de "la teta asustada", caracterizada por una tristeza, un dolor y una desolación infinitas que le transmitiera su madre a través de la leche materna; la madre de Fausta fue violada durante la época del terrorismo en el Perú (1980 - 1992) y es a raíz de ese trauma que desarrolla esta enfermedad - se dice que es verídico que todas las mujeres maltratadas o violadas durante este periodo la desarrollaban y se la transmitían a sus hijos por la leche materna -. Esta extraña condición marca como un estigma la vida de Fausta. En algún momento, un tío de ella menciona que fue tal el miedo que la transmitiera su madre, que hasta su alma salió volando, despavorida, al fondo de la tierra. Fausta, es entonces, una mujer sin alma...

Ella repele todo contacto con los hombres que no pertenezcan a su familia y lega incluso a hacer algo que determinará el desarrollo de toda la trama: se incrusta una papa en la vagina para evitar que en algún momento la violen como le pasó a su madre.

Más tarde, Fausta pasaría de vivir en su pueblo natal en los Andes a una población marginal asentada en el desierto que rodea a Lima en donde viven, al igual que ella, familias enteras que se sentaron ahí huyendo de la violencia. Ella se queda a vivir en la casa de unos familiares que se dedican a organizar eventos como bodas y bautismos; pese a estar en un lugar y un ambiente distintos, Fausta no logra escapar de su "enfermedad". Pero los miembros de su familia, que son personas humildes que sin embargo procuran ser felices con lo poco que tienen, y un jardinero, que conoce en cierto punto de la historia, la ayudan a salir adelante y vivir su vida a plenitud.

De todas las escenas, las más representativas, y sobre todo las mas esperanzadoras, son: cuando después de morir su madre, ella la lleva hasta el mar, donde se encuentran la inmensa pena de Fausta con la serena belleza del mar; cuando un tío suyo intenta ahogarla con una almohada y ella se defiende y él le dice: "¿Ya ves como no quieres morir y si quieres vivir..?" y, sobre todo, cuando decide sacarse la papa que tiene en la vagina y se la entrega al jardinero, quien la siembra y luego le muestra la forma en que la planta germinó y floreció; una imagen que simboliza la esperanza y el renacimiento de Fausta.

También cabe anotar que en ningún momento se habla del violador de la madre de Fausta ni aparece en la película ninguna escena de este hecho. De esto, al menos yo deduzco que lo que se busca poner de relieve es el hecho de que tanto la guerrilla como la fuerza pública fueron responsables de los diversos atropellos y violaciones a los derechos humanos cometidos durante aquella dura época.

La película fue galardonada en diferentes festivales de cine alrededor del mundo; fue ganadora del Oso de Oro de Berlín y nominada al Oscar en la categoría de Mejor Película en Idioma Extranjero.

Desde que la vi en la videotienda me llamó la atención por tan sugestivo título y tan dramática historia, la busque en Youtube con la esperanza de encontrarla, pero sólo está el trailer. En verdad quisiera verla, pero aún sin haberla visto todavía, la recomiendo: es sin duda una de las mejores obras del cine latinoamericano contemporáneo por cuanto muestra con un realismo crudo y descarnado, sin caer en el morbo, las devastadoras consecuencias del conflicto armado en el Perú, un conflicto que en poco y nada difiere con el de cualquier otro en el mundo, al menos en lo que respecta a la devastación y las secuelas emocionales que deja.